
"Ahora puedes reducir tallas en tan solo dos días". La verdad yo nunca lo creí, es más sigo sin hacerlo. ¿Por qué carajo existe el festín decembrino?, ojala alguien de respuesta a ello que un no logro comprender, no es más que un mes entero dedicado a abrir la boca y masticar, ¡ah! sí, casi lo olvido y a uno cuanto que otro abrazo. Y no me dejaran mentir que los viajes navideños son la perfecta opción para llenar el buche de piedritas o tamales, camarones, lomo, carnitas, tacos, pastas, gorditas, champurrado, e te cé, e te cé, e te cé...
Sí, amiga, amigo. Yo lo sé, en cuanto lees esto volteas a ver hacia aquella parte de tu cuerpo que creció gracias a toda la comida que te tragaste hasta empachar. Pero cómo olvidar el propósito de más de un millon de mexicanos (Y eso que no son cifras del INEGI) que dicen "que'sque este año si se ponen a dieta", porque ahora en enero cuando vienen las rebajas verán aumentos en las tallas, aunque no falta uno que otro perdido que se compra la talla más chica para obligarse a bajar de peso, y el pobre pantalón nunca fue estrenado.
Al menos hay que intentarlo y si no ya vendrá la segunda temporada de "¿Cuánto quieres perder?", o ya de perdis veremos una vez más a nuestro querido Arath de la Torre sugiriendonos unos cuantos tips para activarnos.
Sean de mole, champurrado, tortilla, tostadas ya el pecado hecho está así que ¡A explorar esa pancita muchachos y eliminarla!, prueben los remedios de la tele y si alguno les funciona me dicen porque YO personalmente, YO, todavía le voy a entrar a la rosca y a los tamales del 2 de febrero.
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